6. Ion Quío dice que Sócrates en su juventud estuvo en Samos con Arquelao. Aristóteles escribe que también peregrinó a Delfos (6). Y Favorino afirma en el libro primero de sus Comentarios que también estuvo en el Istmo. Era de un ánimo constante y republicano: consta principalmente que habiendo mandado Cricias y demás jueces traer a Leonte de Salamina, hombre opulento, para quitarle la vida, nunca Sócrates convino en ello; y de los diez capitanes de la armada fue él solo quien absolvió a Leonte. Hallándose ya encarcelado, y pudiendo huir e irse adonde quisiese, no quiso ejecutarlo, ni atender al llanto de sus amigos que se lo rogaban; antes les reprendió, y les hizo varios razonamientos llenos de sabiduría.
7. Era parco y honesto. Pánfila escribe en el libro VII de sus Comentarios que habiéndole Alcibíades dado una área muy espaciosa para construir una casa, le dijo: «Si yo tuviese necesidad de zapatos, ¿me darías todo un cuero para que me los hiciese? Luego ridículo sería si yo la admitiese». Viendo frecuentemente las muchas cosas que se venden en público, decía para sí mismo: «¡Cuánto hay que no necesito!» Repetía a menudo aquellos yambos:
8. Aristóteles escribe que tuvo dos mujeres propias: la primera Jantipa, de la cual hubo a Lamprocle; la segunda Mirto, hija de Arístides el Justo (7), a la que recibió indotada y de la cual tuvo a Sofronisco y a Menéxeno. Algunos quieren casase primero con Mirto; otros que casó a un mismo tiempo con ambas, y de este sentir son Sátiro y Jerónimo de Rodas; pues dicen que queriendo los atenienses poblar la ciudad, exhausta de ciudadanos por las guerras y contagios, decretaron que los ciudadanos casasen con una ciudadana, y además pudiesen procrear hijos con otra mujer; y que Sócrates lo ejecutó así.
7. Era parco y honesto. Pánfila escribe en el libro VII de sus Comentarios que habiéndole Alcibíades dado una área muy espaciosa para construir una casa, le dijo: «Si yo tuviese necesidad de zapatos, ¿me darías todo un cuero para que me los hiciese? Luego ridículo sería si yo la admitiese». Viendo frecuentemente las muchas cosas que se venden en público, decía para sí mismo: «¡Cuánto hay que no necesito!» Repetía a menudo aquellos yambos:
Las alhajas de plata,Menospreció generosamente a Arquelao Macedón, a Escopas Cranonio y a Eurilo Lariseo; pues ni admitió el dinero que le regalaban, ni quiso ir a vivir con ellos. Tanta era su templanza en la comida, que habiendo habido muchas veces peste en Atenas, nunca se le pegó el contagio.
de púrpura las ropas,
útiles podrán ser en las tragedias;
pero de nada sirven a la vida.
8. Aristóteles escribe que tuvo dos mujeres propias: la primera Jantipa, de la cual hubo a Lamprocle; la segunda Mirto, hija de Arístides el Justo (7), a la que recibió indotada y de la cual tuvo a Sofronisco y a Menéxeno. Algunos quieren casase primero con Mirto; otros que casó a un mismo tiempo con ambas, y de este sentir son Sátiro y Jerónimo de Rodas; pues dicen que queriendo los atenienses poblar la ciudad, exhausta de ciudadanos por las guerras y contagios, decretaron que los ciudadanos casasen con una ciudadana, y además pudiesen procrear hijos con otra mujer; y que Sócrates lo ejecutó así.
Diógenes Laercio: Vida de los filósofos más ilustres. Sócrates
(6) Πυθώδε, o Πυθώθε, es adverbio que significa Delphis, en Delfos.
(7) Véase sobre esto Ateneo, lib. XIII, poco después del principio.
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